Cuando Sara llegó a la escuela secundaria popular de Nordvestlandet desde Colombia, solo sabía decir unas pocas palabras en noruego. Al cabo de seis meses, le resulta fácil hablar con el resto de los alumnos, y siente que conoce mejor la cultura noruega.
«Mi hermano fue a la escuela secundaria popular en Noruega hace cuatro años y, después de eso, decidí, sin pensarlo mucho, que también quería tener un año así», nos cuenta Sara González Andersen.
Se crio en Bogotá, la capital de Colombia, y es hija de madre noruega y padre colombiano. En casa han hablado español e inglés. Incluso si en varias ocasiones han pasado las vacaciones aquí en Noruega con familiares, rara vez han hablado noruego entre ellos. Tan solo unas pocas palabras o frases cortas como «me puedes pasar el queso» y «Feliz Navidad».
«Visité la web folkehogskole.no para leer un poco más sobre las diferentes ofertas que había en Noruega. Ante todo, quería encontrar una rama que tuviera que ver con el marketing», comenta Sara.
«Mi plan es estudiar economía y administración más tarde, y pensé que podría ser bueno aprender algo que pudiera aprovechar en los estudios posteriores.
En la página de la escuela secundaria popular de Haugetun encontró la rama «Innovación, redes sociales y marketing». Todavía faltaban más de dos años para poder matricularse, pero comenzó a seguir a la escuela en Instagram. De esa manera, obtuvo una mejor imagen de lo que estaban haciendo todas las ramas.
«Fue muy divertido seguir la clase un poco desde adentro y ver lo que hacían. Decidí muy rápido que quería tirar por ese camino», afirma Sara.
Cuando llegó a la escuela en otoño, estaba por lo tanto preparada para lo que se esperaba de las asignaturas y las tareas de la rama. Sin embargo, el tema del idioma lo tenía más con alfileres.
Estaba muy entusiasmada con cómo me iría con el idioma en la escuela. ¿Sería difícil estar al mismo nivel que el resto? ¿Y cómo sería vivir en un lugar donde solo se hablaba noruego?
«¡Afortunadamente, se han superado todas las expectativas! La escuela ha sido muy buena a la hora de hacerme un seguimiento, y los alumnos o maestros me traducen las cosas cuando hay algo que no entiendo. Además, suelo preguntar con un poco de antelación qué vamos a ver o con qué vamos a trabajar. Esto me hace conocer el contexto y seguir con más facilidad lo que se está diciendo», nos aclara.
Tampoco hay duda de que Sara ha aprendido mucho noruego durante los últimos seis meses. Ahora se siente cómoda con la mayoría de las cosas que se dicen y puede participar en las conversaciones. Además, suelen aparecer de vez en cuando una o dos palabras en dialecto.
«Comparto habitación con alguien de Vestnes, así que he aprendido un poco el dialecto de Molde. Además, he hecho buenos amigos tanto de Bergen como de Trondheim, a quienes les gustaría que hablara como ellos», comenta sonriendo.
Al principio, no estaba familiarizada con todos los dialectos de la escuela, pero, al cabo de un tiempo, me acostumbré. Veo que hay varios alumnos noruegos más a los que les cuesta un poco entender ciertas palabras, así que afortunadamente no soy la única.
Aunque no estaba acostumbrada a compartir habitación con otro alumno, Sara se encariñó rápidamente con su compañera de cuarto. En su opinión, fue especialmente importante al principio obtener ayuda adicional con el idioma.
«No han pasado por alto lo que escribimos sobre nosotros mismos y nuestros intereses en la solicitud previa a la admisión, de modo que han combinado bien a las personas que conviven en las habitaciones. ¡Mudarme con una persona desconocida ha funcionado muy bien!
«Además, probablemente ayude que soy una persona abierta a la que le gusta conocer gente nueva. Creo que ha sido muy fácil conocer gente aquí, y a muchos alumnos les divierte ejercer un poco de profesor de noruego para mí. Probablemente, eso me ha hecho aprender más rápido», afirma.
Desde el punto de vista académico, Sara ha aprendido mucho, sobre marketing, edición de películas y codificación. La clase ha visitado varias empresas, y le resulta emocionante aprender cosas sobre cómo se trabaja en Noruega. Sin embargo, lo que más ha valorado es la comunidad de la escuela secundaria popular.
«¡Es bastante único hacer amigos de toda Noruega tan rápido! He llegado a conocer a muchas personalidades diferentes, y me siento increíblemente a gusto», comenta.
También creo que aprendo mucho más sobre la cultura noruega al vivir con muchos otros jóvenes de mi misma edad. Es algo que se da de forma natural y algo completamente diferente de lo que saco en limpio en las visitas familiares.
De esta manera, también ha descubierto cómo las costumbres noruegas han dado forma a su infancia, sin que ella supiera que esto era así.
«Por ejemplo, en casa siempre hemos tenido almuerzos para llevar, a pesar de que esto no es algo tan común en Colombia. ¡Ahora entiendo mejor por qué! Entiendo más sobre lo que mi madre nos ha enseñado después de haber pasado este año aquí, y siento que me he familiarizado más con mi lado noruego», comenta.
En la escuela secundaria popular, ella es la que más sonríe cuando nieva afuera, y se regocija con las pistas para deslizarse en trineo. Ha sido emocionante experimentar las estaciones del año de manera distinta que en casa, y espera que haya suficiente nieve para aprender a esquiar.
Para mí, la escuela secundaria popular es una oportunidad fantástica para aprender más sobre Noruega e integrarme bien en la cultura. Probablemente sea mucho más fácil de conseguir aquí que, por ejemplo, como alumna de intercambio en una universidad. Aquí es mucho más fácil hacer amigos, y hay que ser sociable.
Es un poco más difícil explicarles a sus amigos de Colombia a qué tipo de escuela va. Sacuden un poco la cabeza cuando les habla de un año sin calificaciones ni exámenes.
«Lo más fácil es llamarlo preparativos para la universidad. Es un año sin calificaciones, pero donde aprendemos mucho que puede resultarnos útil en el futuro. Lo veo como un año valioso, y también intento describir la escuela secundaria popular como tal», afirma.
«Para las personas como yo que quieren aprender más sobre Noruega, creo que la escuela secundaria popular es absolutamente perfecta. Al principio impone un poco, y te ves obligada a salir de tu zona de confort, ¡pero no deja de ser una experiencia increíblemente agradable!
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Esta es la escuela secundaria popular